martes, 22 de junio de 2010

PAGAR IMPUESTOS

Probablemente fue un día de primavera de finales de los años cincuenta del pasado siglo cuando hice mi primera excursión. Fue a Benavides y en compañía de mi hermana Elvira, de Licinia y de su hijo Salvador a quien cariñosamente llamamos “Doro”. Íbamos a lomo de burra. Salvador y su madre en una burra grandota y cana. La nuestra era una borrica de menor tamaño y negrita. El viaje, agradable y para mi lleno de sorprendentes novedades, lo hicimos por el camino de Celadilla que entonces era apenas un camino de rodera de carro lleno baches. Algún tiempo después de esa excursión llegaron unos obreros a allanar y ensanchar aquel mal camino. Reatas de burros de sonoros nombres y al mando de dicharacheros andaluces acarrearon piedras en grandes serones de esparto y las colocaron sobre el lecho del camino para que a continuación unos picapedreros armados con pesadas porras de hierro despedazaran en incontables guijarros aquellos cantos. Por último se vertió el alquitrán que apisonó una máquina con su enorme y pesado cilindro. Quedó una carretera asfaltada que por entonces nos pareció una maravilla.
El arreglo de los caminos del pueblo se hacia siempre convocando a la “hacendera” entre los vecinos, pero le oí a mi padre que aquella carretera la hacía “el Estado”, entidad que para mi era una incógnita, pero que algo tenía que ver con las “contribuciones y otras pagamentas” a las que mi padre tenía que hacer frente de cuando en cuando. Tuvieron que pasar algunos años para que mis entendederas establecieran una relación entre “contribuciones o impuestos” y “servicios públicos”; es decir entre “Estado como ente recaudador y redistribuidor”. Y aún más para comprender y aceptar que sin los primeros son imposibles los segundos. Parece ser que había muchos más españoles de a pie que tampoco querían entender este sencillo planteamiento que podría sintetizarse con el dicho latino de “do ut des”, y aún los hay, así que hubo un ministro de Hacienda llamado Borrell que hizo saber aquello de que “Hacienda somos todos”, aunque algunos le pusieran de “chupa de dómine” y otros se cogieran un cabreo monumental como la folclórica Lola que le valió de poco ser la “Lola de España” y al final tubo que apoquinar.
Y cuento estas cosas porque este día pasé frente a la sede de un partido político cuya sede central en Madrid está en una calle cuyo nombre es el de una ciudad italiana donde decía Quevedo que era el oro de América enterrado y en cuya puerta me largaron un panfleto invitándome a firmar contra la subida del IVA. Naturalmente hice caso omiso de la invitación porque debo de ser uno de los pocos gilipollas españoles que cree necesario pagar impuestos, si bien podría discutir con enconada porfía sobre el destino que se les da. Una madre se quejaba en el foro de esta página de que su hijo pasaba frío en el cole porque una ventana estaba rota. ¿Quién coños va a arreglar la ventana si no se hace con dinero público? ¿Quién va a pagar a los/las barrenderos del pueblo, que algunos tanto se quejan de que no pegan ni golpe? ¿O a los funcionarios, o a los maestros, o a… o a…? ¿Quién va a hacer carreteras, hospitales, colegios? ¿Quién va a costear la asistencia sanitaria? ¿Sigo?
Admitamos que el llamado IVA es un impuesto indirecto y por tanto su subida es injusta puesto que no se trata de un impuesto progresivo. Para que se me entienda; usted, que supongamos es mileurista, coincide en la panadería con un tal señor Sanz, alto ejecutivo del Banco de Santander que tiene un salario de varios millones de EUROS al año y una jubilación de cerca de 90 millones de EUROS (que se sepa) y ambos compran una idéntica barra de pan y a ambos se les aplica el mismo impuesto…Huelgan comentarios. Pero el gobierno de turno, que dice que es socialista, ha tirado por el camino del medio, el más fácil, el que menos problemas le plantea, el que menos se nota.
Algo para leer...
42.- "Sátiras y aforismos" de Jonathan Swift.

4 comentarios:

PERICO EL DE LOS PALOTES dijo...

Si todo lo recaudado se reinvitiera en la sociedad, estaría bien y seguro que todo el mundo pagaría con agrado los impuestos.
Lo malo es cuando vienen estos ladrones de guante blanco y se lo llevan para su casa, dejando las arcas públicas esquilmadas.
Antiguamente, con el gobierno central, la diputación y el ayuntamiento estábamos más que gobernados, ahora a cuantos más tenemos que mantener con nuestros impuestos? Que alguien los cuente que yo perdi la serie.

Anónimo dijo...

Pensamos lo mismo: impuestos hay que pagar pero se podría decir mucho sobre el uso que se hace de ese dinero.
Estábamos esperando este nuevo relato.Gracias.

Anónimo dijo...

Bueno como opinan estas dos personas opino yo.No se por donde empezar con esto de los impuestos.
Lo primero empezar por quien mas tiene,luego toda esta gente que se lo a llevado por la cara que lo devuelva,nada de cárcel que eso lo pagamos todos,sino que trabajen y lo que cobren,para pagar lo que se han guindado.Porque encima tenemos que mantenerlos.No que se lo ganen.

Anónimo dijo...

Que esta pasando,estas muy ocupado.Aunque solo tengas tres registrados,somos muchos los que leemos tus artículos.Asi que adelante con el siguiente.