jueves, 7 de octubre de 2010

COMICS




Ahora los llaman “comics”, pero en mi infancia y adolescencia los conocíamos como “tebeos”. Los primeros que descubrí estaban expuestos en la cristalera de un pequeño kiosco que había en la sala de espera de la estación de León. De allí salían los trenes que tenía que tomar camino del internado y en las interminables esperas de aquellos convoyes, que siempre llegaban con retraso, mis ojos se posaban una y otra vez en los atractivos monigotes. Fueron un gran descubrimiento porque hasta entonces las únicas ilustraciones que había visto eran las de la “Enciclopedia Álvarez”, horribles y sin alma, que era algo así como el todo en uno de los escolares de mi generación.

Aquellos tebeos colgados en las vitrinas del kiosco despertaron mi curiosidad y estimularon mis ansias de lector. Mi exigua economía consistente en pequeñas propinas iba a parar, en su mayor parte, al aprovisionamiento de aquellos tebeos en cuyas páginas descubrí a “Pepe Gotera y Otilio”, “La Familia Cebolleta”, “Las hermanas Gilda”, “Rompetechos”, “Mortadelo y Filemón” etc.

Tener unos cuantos tebeos en propiedad me permitía intercambiarlos con los compañeros y de esta manera pude leer algunas aventuras de “Roberto Alcázar y Pedrín”, aunque no eran muy de mi agrado, “El Jabato”, “El Capitán Trueno”, “Tintín” y algunas del oeste o hazañas bélicas, estas últimas ambientadas siempre en la segunda guerra mundial y protagonizadas por los americanos, que eran los buenos, y los alemanes y japoneses en el papel de malos.

Esta afición por los comics no terminó en mi infancia y adolescencia, sino que persistió con lecturas como “La Codorniz”, leída casi en la clandestinidad porque cuando no la secuestraba el gobierno me la secuestraban en el internado. Cuando cerraron esa revista decana del humor me pasé a “Hermano lobo” y luego al “El Papus”, dos revistas que molestaban mucho a la “caverna” con sus irreverentes ilustraciones y sus artículos llenos de mala baba. En ellas colaboraban ilustradores y escritores de primera línea y sus páginas eran casi la única válvula de escape a la casposa dictadura.

En los años ochenta el comic tuvo un impulso espectacular y recuerdo que hubo editoriales catalanas, siempre son los catalanes los que se juegan la pasta en esto, entre ellas Toutain, que publicaron excelentes revistas a las que me hice adicto. Por entonces descubrí al ilustrador Carlos Jiménez y sus realistas y tremendas historias de los internados de la posguerra civil donde purgaron penas los hijos de los perdedores. Tremendas cárceles para menores regentadas por los capos más siniestros del régimen. Con posterioridad he disfrutado de lo lindo con las historietas malvadas del ya desaparecido “El Víbora” o con las más dulcificadas de “El Jueves”. Y no puedo dejar de mencionar a “Asterix y Obelix”, o las geniales tiras de “Mafalda” y otras ilustraciones de Quino cuyas aventuras releo de vez en cuando.

En la infancia mi atención estaba centrada en los monigotes y sus autores me pasaban casi inadvertidos, como si aquellos dibujos se hicieran solos, aunque mi vista se paseaba una y otra vez por la firma de un tal Vázquez o un tal Ibáñez que aparecían en muchas de aquellas viñetas. Con el tiempo he sabido que, en aquellos años, trabajaban en un régimen de galeras para un individuo llamado Bruguera que solo le faltaba ponerles un cómitre que les diera vergajazos mientras dibujaban y que no tuvo ningún reparo en quedarse con todos los derechos de sus creaciones.

Estos días está en cartel una película sobre el dibujante Vázquez, un creador genial cuyo mito se resiente un poco cuando de sus viñetas pasamos a la vida real y nos encontramos con lo que comúnmente conocemos como un vividor, sablista y caradura, cuyas víctimas dulcifican sus desmanes teniendo en cuenta que ya pasó a mejor vida y que sus sablazos también eran dados con genialidad. La película está protagonizada por Santiago Segura que según algunos entendidos borda el papel.

Lo que nunca pude imaginar leyendo las aventuras de “El Capitán Trueno” es que el personaje de Goliath lo iba a interpretar un día en el cine un villadanguense. Creo que la película ya se está rodando y a este macizo del comic lo va a representar Manolo Martínez. De haber sido el encargado de la elección de actores, eso que los pijoletos creo que llaman “casting”, también me hubiera inclinado por Manolo porque, aun siendo de facciones más dulcificadas que el personaje del comic, se ajusta muy bien a su perfil. Es de esperar que en esta peli nuestro paisano reparta mandangas a los malos malísimos a diestra y siniestra. Ese será su papel. Aunque no está demás mencionar que aunque Manolo tenga una constitución física que te inclina a cambiarte de acera a la mínima que sospechas que te mira con cara de mala hostia, debe de ser en realidad un tipo pacífico y que, a parte de lanzar piedras más largo que nadie, es un humanista al que le da por la pintura, la música, la poesía etc., y ahora por el cine. Lo hizo bien con “Estigmas” y con esta lo hará mejor. Iremos a verlo cuando se estrene.

Algo para leer…
Cualquier Mortadelo y Filemón” u otro comic de calidad (que los hay y muy buenos)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro de que hayas vuelto a la gatera.
No hace mucho el " Diario de León" dedicaba a nuestro querido Manolo un amplio y suculento espacio . Así fue como conocimos el nuevo personaje que encarnará en el cine.
Es bueno que nos conozcan y si la muestra es Manolo... ¡ qué más podemos pedir!
Dice el refrán que nadie es profeta en su tierra, pero en este caso Manolo es la excepción.

Anónimo dijo...

Yo también me alegro que manolo trabaje en el cine,o en lo que le guste,se lo merece porque se lo a curra do mucho.
Además siempre lleva el pueblo en su boca,y eso es de agradecer.
Menos mal que ya te tenemos otra vez escribiendo,se acabaron las vacaciones,hay que volver a la rutina,para los que te seguimos,porque nos gusta leer tus parrafadas,es una satisfacción,tenerte de nuevo.Un saludo

Anónimo dijo...

Llega la navidad y nos gustaría leer algo nuevo,hace mucho que no escribes algún relato de esos que tu sabes, que tanto nos hacen disfrutar.Animo algo nuevo por fa

luis dijo...

Hola a todos, me llamo Luis. Me ha gustado mucho esta evocación tuya a los comics (tebeos) de nuestra infancia. Yo también me quedaba hipnotizado mirando las maravillas por leer que ofrecían los quioscos cuando era niño. Imagina cómo nos quedaríamos con la cantidad de libros, comics, revistas, películas y colecciones de todo pelo que inundan los de hoy en día. Mis preferidos, Mortadelo y Filemón y Hazañas bélicas.

También te escribo porque publiqué en mi blog una entrada sobre la ausencia de los animales de nuestras vidas en la que incorporé el emotivo recuerdo que sobre la burra de tu familia publicaste en tu blog "Desde mi gatera". Espero que no te importe. Te dejo el enlace por si quieres echar un vistazo. Saludos.

http://vidaytiemposdeljuezroybean.blogspot.com/2011/10/vocabulario-fundamental-animales-v-los.html