viernes, 6 de noviembre de 2009

ALGUNOS CASOS DE LATROCINIO.


Lolín debe de andar por los ochenta. Muchos de los que llegan a esa edad son lagartos al sol del mediodía, pero Lolín se mantiene activo y en plena forma con sus labores diarias de hortelano. El huerto es un buen pretexto para mantener la ilusión de vivir y a la vez una fuente para el sustento con unos productos básicos cultivados sin prisa y con mimo.
En un encuentro casual durante el último verano charlaba con Lolín, entre otras cosas, de esta su afición a la horticultura y en un paréntesis le solté: “ Mira, Lolín, a ti te robaba los higos de la higuera que tienes en el huerto” Sabía que esta confesión, después de cuarenta años de producirse el delito, no iba a traer consecuencias graves porque el hurto de unos higos solo le escuecen al amo cuando están maduros. Me exponía a que Lolín me corriera a gorrazos pero confiaba, a lo mejor ingenuamente, que por razones de edad pudiera zafarme a la carrera. No hubo necesidad de nada de esto porque después de indicarle el lugar del delito me dijo que esa higuera no era la suya.
Claro que aquella afición por apropiarme de los higos ajenos no deja de ser un acto inocente comparado con el robo de un Banco. Y fíjense que no digo una sucursal bancaria, como aquel sucedido en la Caja de Ahorros de nuestra villa, situada por aquel entonces en la plaza del Ayuntamiento, y de la que (puede que lo haya referido alguna otra vez) fueron testigos Santiago (“Bonito”), Fidel (“Fidelón”) y Jaime (“Jaimito”). Dos chorizos de poca monta asaltaron la sucursal al grito de: “Esto es un atraco, todos al suelo y la pasta”. Así lo hicieron los dos mozarrones Santiago, que ahí está para contarlo si quiere, y el difunto Fidel, mientras, el ya también difunto Jaime, daba saltos como una rana gritando ¡Ay, Dios mío!
No me refiero al vulgar atraco antedicho, sino al golpe maestro que pone en peligro, no a una sucursal, sino a la propia institución bancaria. Y esto fue lo que hizo Lucio Urtubia. Lo vi hace poco en el programa de la TV1 “Españoles por el mundo”. Lucio debe de tener la edad de Lolín. Toda su vida se ganó el garbanzo como paleta, currando en la capital de Francia. Es un excelente solador y también un soñador. Como a todos los utópicos soñadores le dio por dedicar sus ratos libres a hacer algo por aquellas causas que consideraba justas. Para ello robó y estafó nada menos que al City Bank. Los americanos todavía están rumiando la humillación. Tuvieron que negociar con este albañil navarro, tan grande como un oso y con apariencia de paleto para que dejara de afanarles la cartera. Lo nunca visto, los amos del dinero negociando con un arrabalero de la prospera industria del mangue. Este viejo anarquista es un raro caso de Robin Hoob del siglo veinte.
Lucio Urtubia era muy fino en el arte de mangar, pero hay aún medios más sofisticados y no para quedarse con el dinero de otro sino con el de todos. Para ello hay que procurarse un puesto en la política, a ser posible de presidente de una comunidad autónoma, alcalde de un pueblo donde corra la pasta u otro cargo con poder decisorio sobre el dinero público. Con el cargo en el BOE se le buscan las vueltas a la ley fraccionando el presupuesto de las obras a realizar para que no entren en concurso y así poder asignarlas a los amiguetes o se crea una empresa, con hombre de paja incluido, y se le adjudican todos los contratos convenientemente inflados. Ya solo queda repartir los dividendos. Y todo es prácticamente legal. Como el dinero es público, de esa plebe de mierda, y lo público parece que no es de nadie pues viva el saqueo.
Ahora veamos las consecuencias de estos actos:
1º.- Al sicofanta que yo fui: Unas hostias bien dadas si Lolín o el dueño de la higuera me llegan a pillar. E incluso el internado en un correccional en caso de comparecer ante un juez severo.
2º.- A los choricillos de la sucursal bancaria: Varios años de cárcel por atraco a mano armada.
3º.- Al honesto idealista Lucio: Varios años de cárcel en el caso de que no hubiera negociado con los banqueros.
4º.- A los mangantes de por ahí el levante de la piel de toro, Cataluña, León... ¿para qué recorrer toda la geografía?, un poco de ruido, una amonestación de los conmilitones del partido, esto si se tercia, y un premio con mayoría absoluta en las próximas elecciones.
Hágase juez por un momento e imparta justicia, no digo que aplique la Ley, sino que haga justicia y ponga penas a los todos los mangantes citados.




Algo para leer...


32.- Lucio, el anarquista irreductible de Bernard Thomas. Ediciones B

Habrá quien no esté de acuerdo con la conducta de Lucio, es de esos hombres para quienes lo justo es muchas veces los contrario de lo legal. El eligió el camino de ser un hombre justo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero cuantas verdades has dicho en no muchas palabras.Cuantos estan en la carcel,por robar para comer,y otros se lo llevan por todo el morro,cuando ni siquiera es suyo.Como esta el pais.Cuanta corruccion politica es de verguenza como viven algunos a cuenta de todos.¿No habra forma de parar esto?.Ya esta bien que nadie se calle,que no nos tomen el pelo.
Un saludo,muy bueno el articulo

Anónimo dijo...

ME ENCANTAN TUS RELATOS. SON COMO UN BUEN VINO QUE APETECE OLER Y PALADEAR CON TRANQUILIDAD.
ES UNA PENA QUE LA CORRUPCIÓN LLEGUE A INPREGNAR A NUESTROS GOBERNANTES Y ESTOS LEJOS DE SENTIR VERGÜENZA SE PAVONEAN LUCIENDO SU FALTA DE ESCRÚPULOS.
NO DEJES DE ESCRIBIR.YO RELEO TUS TEXTOS.